Sunday, September 07, 2008

IBIZA por Victor

Y un dia de agosto, “cansado” de las vacaciones familiares del campo polaco, me fui a otras vacaciones, mezcladas con un poco de trabajo, en un clima absolutamente distinto: Ibiza, una isla espanola del mediterraneo. Asi fue que desde Podlasie me fui, solo, a Varsovia, desde ahi tren a Berlin. El tren super moderno tarda 6 horas en llegar a la capital alemana, y para matizar el viaje, aparte de leer El Pais, como siempre, me mande al vagon comedor con la intencion de clavar una birrita. Las mesas estaban bastante ocupadas, llenas de alemanes y polacos, excepto una donde solo habia una persona: un bolita/bolita, bien aymara, con vincha de colores incluida. En medio de la marea germana/polaca parecia una mosca en un vaso de leche. Le pedi permiso para sentarme en su mesa ( en polaco) y me contesto que si amablemente ( tambien en polaco). Le pregunte entonces tambien en polaco si hablaba espanol, y me dijo que si, por lo que cambiamos inmediatamente el dial, y empezamos a charlar en espanol.



Resulto ser Braulio, un boliviano musico, super simpatico, culto, que en uno de sus viajes por Europa, como musico, se engancho una polaca hace 15 anos, se caso, tiene 2 hijos polacos, vive y trabaja en Varsovia. Me conto entonces de la tremenda discriminacion que sufrio y sufre aun en toda Europa, con detenciones policiales incluidas, aun teniendo sus papeles en orden, por el delito de portacion de cara. Nadie le cree, a priori, que es un residente europeo, y la verdad, dicha por el mismo, que es bastante entendible, porque el contraste es brutal, sobre todo en los paises en donde no hay tanta inmigracion y mezcla de razas. Me invito la cerveza, me regalo un CD con su musica, intercambiamos mails, y nos prometimos una reunion a cenar con la familia la proxima vez que nos crucemos en Varsovia ( que suponemos sera en 2009, sabe Dios).
Llegamos a Berlin, me despedi de Braulio, y no pude evitar quedarme un rato admirando la estacion central de trenes de Berlin: un monstruo de acero y cristal inmenso, de una calidad de diseno alucinante, donde corren trenes que van y vienen a toda Europa. La verdad, es que como arquitecto me dio mucha envidia la enorme capacidad de esa gente para disenar y construir ese tipo de obras. Mucha guita, mucho talento y una firme decision politica del estado. Desde la misma estacion tome otro tren local al aeropuerto de Schoenefeld, super confortable, que en 40 minutos te lleva al aeropuerto.
Estas conexiones estacion de tren/aeropuertos, las vi en muchos paises, y siempre son en tren, electricos, super silenciosos, rapidos, eficientes, y te llevan directamente de punto a punto, con valijas y todo. Pregunto: no seria logico pensar en un trencito asi Ezeiza-Aeropuerto-Retiro, en vez de los vetustos bondis, o taxis manejados por mafias berretas, que tenemos en casa? Es solo una reflexion al paso.
Bien, en el aeropuerto me tome un vuelo barato de Easyjet, 2 horas, a Ibiza.
Solo bajar del avion en la isla recibi en la cara una ola de aire caliente, en el agosto mediterraneo, que evidencio el contraste de clima con Alemania y Polonia. Alli estaba mi tia Ana esperandome, y nos fuimos directamente a una reunion/ fiesta, eran las 11 de la noche, de unos italianos millonarios y aburridos que organizan reuniones en la casa solo porque si, porque les gusta estar rodeados de gente linda ( ?) . Tienen un rancho infernal, de jardines, terrazas y pileta, vistas al mar, etc, etc, en una isla hiper cara, y entre los invitados de varias nacionalidades se podia oler el concheterio real y el fingido, pues ya sabemos que en Ibiza ( volvere a este punto mas adelante) todo el mundo representa un papel, un rol.
En fin, yo estaba repalmado del viaje, manoteamos los ultimos cachos del cordero asado que quedaba, pues ya habian comido, un par de chorizos mustios, unos vasos de buen tinto Rioja y nos fuimos a dormir.
La vida en Ibiza fue muy casera. Yo estuve solo por 15 dias, pues la gringa se quedo en casa de sus padres, y vino a Ibiza 2 semanas despues, asi que en ese periodo hubo mucha pileta, un poco de playa ( mucho no me va) y alguna salida con amigos que hice en tantos anos de venir aca. Definitivamente, el mejor lugar de la isla es para mi, la casa de mi tia: una especie de “ rancho” dicho carinosamente medio hippie, medio orientaloso, medio no se que, dificilmente encasillable pero muy grato. En el medio de la isla, en una montanita arbolada, con su pequena pileta, perro y gato, es todo lo que necesito. Me cago en la Ibiza de los folletos turisticos: las playas, las discotecas, los hoteles, el ruido, la “movida” ( ??), la marea turistica de agosto, los precios astronomicos, etc.

Aclaro que todo esto lo escribo ya salido de la isla, para evitar la ira de mi tia Ana y mi consecuente expulsion de la casa, pero bueno, asi es la cosa.
Asi que a grandes rasgos podemos definir los tres grandes grupos de gente de Ibiza :
1.- El turismo ( basicamente europeo)
2.- Los payeses, ibicencos originales habitantes de la isla.
3.- Los residentes llegados de otras partes del mundo que viven alli, entre los que estan mayoritariamente toda la fauna, tia incluida.

Bueno, finalmente llego la gringa, y aparte de un par de clases privadas, y de ensayar cada dia para nuestro proximo pais, que era Gales, dimos un show en Namaste, que es un lugar para turistas, caro, medio hipposo, de la onda Ibiza, todo muy progre e oriental.
( sigue la ensalada espiritual/filosofica) ponele, ponele un par de ovnis, algo de catolico, un poco de Buda, alguna cosita de africa, todo va bien!
Sin embargo, debo reconocer que gracias a ese u otro show pagamos el viaje a Ibiza y de vuelta y tenemos vacaciones conchetas gratis. ( obviamente tambien por mi tia Ana, sin la cual nada de todo esto seria posible)

La etapa Ibiza finalizo entre cenas con amigos, buenos vinos y la cocina increible de Ana, cuando tomamos otro avion de vuelta a Berlin, otro tren de vuelta a Varsovia, a recoger todo el equipaje, pues era tiempo de seguir nuestra gira, y ya no volveriamos a Polonia esta ano. Solo 24 horas en Varsovia, y de vuelta al avion de Easyjet, a cruzar el Canal de la Mancha para entrar al Reino Unido.

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