No parla ni una jota de argentino,
la niña de los ojos de cemento,
y el maduro galán le bate a cuento,
el tango musical de su destino;
y la nami de boca de platino,
marcial en su aposento,
amurada de amor, a sol y a viento,
permite cierto abrazo clandestino.
Hay un leve temblor en su pollera
y un desvelo de ojera
en su mirada,
macizo corazón de cal fundido,
ceniciento latido,
tanto tiempo sentada.
por CARLOS CASELLAS
1 comment:
Queridos amigos, siempre es una gran alegría formar parte de su Blog.
Una duda, Victor, a qué se debe el detalle de los dos colores de sus sandalias??. :)
Un gran abrazo a ambos y sigan disfrutando.
Carlos.
Post a Comment