Barcelona, Madrid, Puente Saavedra,
el hombre del gotán se nos regresa,
la polaca, que baila cuando besa,
se toma de sus manos, cual la hiedra.
el hombre del gotán se nos regresa,
la polaca, que baila cuando besa,
se toma de sus manos, cual la hiedra.
Atrás quedaron límites y piedras
de una Europa de sueños que bosteza,
canyengue de nostalgias y tristezas,
el sino de la vuelta no lo arredra.
Pasaron ya los meses de vidurria,
de los tangos en aires de bandurria,
los ríos, las montañas y los bares;
“no habrá ninguno igual, no habrá ninguno”
como siempre, al volver, la Treinta y uno,
lo espera inventariando “Pinamares”
1 comment:
Gracias Víctor por la publicación del soneto.
Te dejo un gran abrazo.
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